sábado, 20 de febrero de 2010

hiperactividad,ladrar y problemas destructivos


hay momentos en la vida ed cada perro que presenta en un momento dado algún problema de hiperactividad, excesivo ladrar o problemas destructivos. Pero suelen ser de poca importancia por lo que el dueño no se molesta siquiera en resolver el comportamiento.
Pero otras veces sí que causa problemas (incordia) y hay que deshacerse del perro o buscar solución al problema.
Las causas posibles que provocan estos comportamientos, incluye el aburrimiento, la ansiedad de separación, exitaciones producidas por interacciones entre perros vecinos o simplemente para provocar las recompensas (atraer la atención, presencia del dueño, etc.) que supone ser "malos".
La hiperactividad en los cachorros es un comportamiento bastante normal, de hecho es un compañero de juegos fantástico para los niños, ya que son incansables. Pero cuando un perro adulto no para un momento, entonces puede llegar a ser insoportable. Algunas razas son más hiperactivas que otras (caza). Enese caso, solo podemos conformarnos con recompensar los momentos en que el perro está tranquilo y darle todo el ejercicio que necesita pata agotar las energías que le sobran y que necesita expresar.
Hay una forma de hiperactividad llamada hyperkenesis que es abnormal y que es necesario el tratamiento de fármacos.
Diagnosticar el problema
Lo primero es descartar que tenga un problema Pathophysiológico (enfermedad). No suele ser probable, pero hay que empezar por ahí. A continuación preguntarse si se trata de hiperactividad de cachorro o de alguna raza que esté condicionada a ese temperamento (caza). Una vez descartado lo anterior, se ha de medir el nivel de hiperactividad, con que frecuencia y bajo qué condiciones. También hay que observar bajo qué condiciones se calma el perro.
Cuando el perro actúe hiperactivo, una solución es ignorarle por completo, darse la vuelta y alejarse de su lado. Admás, el agotar sus "energías" sobrantes con ejercicio (correr, jugar a la pelota), predispone a que se calme con más facilidad.
Castigar el comportamiento, funciona cuando el castigo se le aplica justo al principio del comportamiento y cada vez que surge. Si no es así, el perro siempre tendrá elección de arriesgarse. Guardar las reompensas para los momentos en que el perro se controle y permanece tranquilo. Si podemos controlar su excitación durante un par de minutos, cuando se le dice: "Quieto", entonces se le recompensa con comida al final de los dos minutos (caricias o alagos podrían excitarle de nuevo). y repetimos este ejercicio, cuando el perro esté predispuesto a quedarse tranquilo (después de una buena carerra...).
Hiperactividad por razas predispuestas y juego
Para personas que están acostumbradas a un perro mayor, de naturaleza tranquila, puede interpretar incorrectamente la excesiva actividad que su nuevo perro joven expresa, sobre todo si es un perro de caza o un cachorro boxer. En estos casos, los dueños inexpertosrefuerzan el comportamiento sin darse cuenta, ya que cuando el cachorro se pone demasiado activo, le prestan más atención (aunque sea para encerrarlo, sacudirle, agarrarlo o atarlo fuera) que si estuviese tranquilo.
En todo caso lo que se tendría que hacer es ignorarlo y darle "marcha" para cansarlo y recompensarlo cuando esté tranquilo. Además habría que empezar con clases de obediencia lo antes posible. Si su hiperactividad le provoca ser destrutivo, entonces hay que prepararle trampas (no relacionadas con Ud.) y evitar que pueda seguir cuando no pueda controlar.
Ladrar excesivamente
Todo lo que sea una amenaza de su terriotoio (perros y personas) provoca la alarma de aviso, El ladrido. Eliminar el ladrido es tan fácil como eliminar el "habla" a las personas. Aparte de que los ladridos suelen conseguir lo que pretenden (asustar al intruso y atraer su atención).
Un cachorro aprende enseguida que si ladra con persistencia, consigue lo que quiere (entrar en casa, comida, atenciones, etc.) así que en vez de "callar" al perro, resultará más fácil eliminar el estímulo que provocó el ladrido.
Tratamiento
Primero habría que analizar el comportamiento. ¿Es conducta "natural" (heredado) o aprendida a través de la domesticación? ¿Cuál fué el motivo de los ladridos y cuando empezó a causar molestias? ¿Cual ha sido la reacción del dueño hasta el momento?. Quizá sin darse cuenta, ha cometido el error de confirmar los ladridos hasta que ha llegado a un punto donde se convirtió en un verdadero problema.
Para resolver el problema, pueden ser necesarios procedimientos como la EXTINCIÓN, CASTIGOS O REASOCIACION, dependiendo de cada caso.
EXTINCION: Este procedimiento elimina el comportamiento aprendido, siempre que podamos saber el factor que reforzó y mantuvo o provocó el comportamiento. Si por ejemplo, el ladrido empezó porque quiere entrar en casa y fué reforzado porque después de perseverancia consiguió entrar en casa, entonces sólo hay que eliminar la recompensa (entrar en casa) y el comportamiento desaparece poco a poco. En todo caso, sólo se le dejará entrar en casa cuando ya ha pasado cinco minutos y no ha ladrado.
CASTIGO: El castigo puede resolver problemas de ladridos ya sea aprendido, heredado o casual. Lo que no se debe hacer, es gritarle o pegarle, ya que sólo causaría reacciones de huida., sumisión o más ansiedad todavía. En todo caso el castigo debe se impersonal.Collares que funcionan a distancia, pueden ser efectivos. Hay collares que producen unos "sonidos ultrasónicos" que molestan al sensible oído canino y luego existen los collares que producen un "chispazo" de distintas intensidades, pero éstos hay que saber utilizarlos (profesionales) y saber con qué perro se puede utilizar. De lo contrario es demasiado peligroso.
Otros métodos de castigo, puede ser el "ducharlo" con una manguera a presión que tiene una boca que pulveriza el agua. En cuanto empiece a ladrar se lo enfoca en la cara. El secreto está en que cuando se empieza a solucionar el problema, no se puede dejar que tenga la oportunidad de ladrar, ni una sola vez, sin recibir el castigo. De manera que habrá que llevárselo a todas partes, o eliminar el estímulo que provoca el ladrido (soledad, el gato del vecino, etc.) cuando no se pueda castigar.
Normalmente un perro que ladra excesivamente, suele además tener otros problemas de comportamiento. Quizá se pueda trabajar todo al mismo tiempo. Una cosa puede ir asociada con la otra. Ejemplo: ladrar y perseguir gatos, o ladrar y destrozar las plantas, etc.
REASOCIACION: Este método puede utilizarse cuando los ladridos se producen en ausencia del dueño. El proceso es lento y supone tener mucha paciencia, por lo que se recomendaría usar el método de castigo en primer lugar.
De lo que se trata es en primer lugar, cronometrar el tiempo que tarda el perro en ladrar desde que se queda sólo. Si por ejemplo, son 10 minutos, entonces el dueño debe de volver entre 5 y 9 minutos después. En caso de que el ladrido empiece nada mas salir de casa, entonces se empezará por trabajar a partir de que se cierre la puerta.
Si se dispone de ayuda, alguien debe de vigilar los ladridos del perro. Si no se dispone de ayuda, habrá que recurrir a una grabación de cinta. En el supuesto caso de que el dueño pueda entrar y salir sin que el perro ladre, entonces, se le recompensará (en otra zona que no sea la entrada de la puerta) con comida y alagos. Paulainamente se iran incrementando los minutos hasta llegar a las dos horas. No se debe permitir dejar al perro en la situación en la que pueda ladrar fuera de las sesiones, por lo que deberá de permanecer con compañía constante.
Comportamiento destructivo
Lo más típico dentro del comportamiento destructivo incluye el hacer agujeros, morder los muebles, destrozar las plantas del jardín, rascar las paredes de la casa, destrozar la ropa de la casa o tirar la ropa tendida al suelo. Cuando estos actos son cometidos por un cachorro, se intenta excusar su comportamiento por su edad "es que está jugando..." y simplemente mantienen las cosas fuera de su alcance (primera equivocación), pero cuando es un adulto el que lo hace, se empieza a tomar medidas disciplinarias por miedo a que cause un verdadaero destrozo y si no se hace algo, el comportamiento puede persistir. Este tipo de comportamiento destructivo, normalmente se da cuando se le deja sólo, y curiosamente los problemas más fáciles de corregir, son los que ocurren diariamente. Por lo contrario, si sólo aparece esporádicamente, es muy difícil de corregir.
Tratamiento
Dependerá del estado emocional del perro cuando comete el acto destructivo, qué es lo que destruye, cómo lo hace y cuando.
Según su estado emocional: Un perro que se lo deja sólo, puede que desgarre prendas del dueño (añora su ausencia) o por simple aburrimiento ya que el "ejercicio" es de los más recompensable. Puede automutilarse, lamiéndose las manos sin parar.
Otras cosas que pueden pasar y que no tienen que ver con la ansiedad de la soledad, es el escarvar la basura, encontrando restos de comida que son de las mejores reompensas para un perro "insaciable". Cuando el comportamiento está directamente relacionado con la ansiedad, entonces hay que trabajar la "causa" del comportamiento (la ansiedad) en vez del comportamiento en si. Cuando no hay ansiedad por medio, entonces se usaran medidas de reasociación o el castigo. Una vez que se ha corregido el problema habrá que evitar que la causa que provocó el problema, vuelva a surgir (aburrimiento, escaso ejercicio, indisciplinado) por lo que se aconseja un programa de educación en obediencia, ejercicio y atenciones diarias, no sólo en fines de semana. Cuando se trata de un problema de ansiedad, normalmente produce varios tipos de problemas de comportamiento (ladrar excesivamente, hacer sus necesidades y además ser destructivo).
Y cuando rompe o muerde algo, suelen ser cosas distintas cada vez. Pero si por lo contrario, "atropella" siempre las mismas cosas, entonces su estado emocional no es tan grave, por lo que se utiliza el castigo a la hora de corregir su comportamiento.
Un ejemplo sería, la utilización de "trampas" para ratones, de manera que cuando se acerque a la zona don de muerde o agujerea o destroza se encuentre con las trampas que le daran un buen susto. Y lo mejor de todo es que el castigo es inmediato, además de que lo asociará con sus malos actos y no con su dueño. 
Cuando se intenta solucionar un problema de cmportamiento que está causado por un problema emocional entonces sería más aconsejable la utilización de métodos indirectos o de reasociación.
Por ejemplo, si se trata de hacer agujeros en el jardín, quizá la única solución sería enseñarle a realizar sus excavaciones en un rincón del jardín donde no moleste. Para ello, se ha de preparar el lugar con tierra blanda y enterra a poca profundidad un hueso, atraer su atención al lugar y recompensarlo cuando le tome interés y acabe por desenterrar el hueso. Poco a poco vamos enterrando el hueso a más profundidad y luego en sitios distintos, siempre haciendo agujeros sólo en ese rincon. Si esporádicamente lo hace en otro sitio, se le pondrán "trampas" para que le resulte desagradable.
Si se trata de morder o de destruir cosas. Se puede usar el mismo principio. Dándole algo más interesante para que él muerda o rompa, como un hueso o periódicos viejos.

articulo extraido de www.adiestramientocanino.com

miércoles, 3 de febrero de 2010

el chocolate ¿un dulce veneno del canino?


¿Quién resiste, cuando tu perro  mira con esos enormes ojos tiernos y brillantes llenos de expresión zalamera e inquisitiva, a darle, como premio un bocadito de lo que en ese momento estamos saboreando? Lo que demasiadas veces no sabemos es que ese "caprichito" que le ofrecemos con la mejor de las intenciones y con toda la ilusión, puede resultar fatídico para su salud.
Quienes convivimos con uno ó más perros, llegamos a integrarlos tan profundamente en nuestras vidas, que los convertimos en eso que se ha dado en llamar "uno más de la familia", y no nos duelen prendas admitirlo; muy por en contrario, estamos orgullosos de nuestros compañeros de fatigas que nos muestran su cariño, su lealtad y su total dependencia en todo momento y circunstancia.
Resulta difícil sino imposible, separarles de nuestros quehaceres cotidianos, ni tampoco lo queremos realmente, y nuestros amigos de cuatro patas ven con nosotros la televisión, nos acompañan de compras, duermen en nuestras mullidas camas o se enroscan, felices, en el confortable sofá del salón, mientras nosotros, para dejarles sitio, nos sentamos -no tan cómodamente- en el suelo... para no estorbarles.
Casi podríamos decir que comparten mesa y mantel con nosotros, sus dueños, esperando ansiosos que llegue el momento de los postres y del preciado banquete particular, cuando todos los comensales les ofrecemos los recortes de suculentas viandas, algo de pan, un poco de fruta, o cualquier otro mimo que ha sobrado, como queso, una lonchita de embutido, etc.

El Chocolate premio muy sabroso

Pero hay muchos otros manjares que bajo ningún concepto, ninguno, debemos darles jamás; el azúcar, en la forma que sea (algunas frutas como el melón o las uvas tienen un alto contenido en azúcares), y todos los dulces producirán a la larga enfermedades de distinta índole, entre las que cabe destacar el glaucoma. El exceso de sal (patatas fritas, galletitas saladas, la mayoría de guisos caseros, etc.), derivará en complicaciones renales; los frutos secos producirán problemas hepáticos, y así una larga lista de NOES que debemos evitar por su bien.
Por todo ello, si queremos apostar por lo seguro, lo mejor sería ceñirnos a una dieta equilibrada, y si acaso, ofrecerles como premio alguna galleta específicamente formulada para perros con bajo contenido en sal y azúcar... o, como mucho, un poco de pan duro o de queso. Lo agradecerán igualmente y sin embargo estaremos protegiéndoles de males mayores.
Claro que esto no siempre resulta fácil, sobretodo si bajo nuestro mismo techo, además de los perros, conviven niños de corta edad y personas mayores, pues unos y otras no van a atenerse a razones y sucumbirán más pronto que tarde a la tentación de darles, una y mil veces, cuanto caiga en sus manos.
Y ahí empiezan los problemas...
¿Quién iba a pensar que las deliciosas galletas de chocolate, aparentemente tan inofensivas, pueden convertirse en auténtico VENENO para el perro de la casa? Y quien dice galletas, dice bombones, caramelos o la mismísima barra de chocolate amargo que hemos comprado para hacer un riquísimo postre el domingo.

Teobromina, igual a toxicosis

El chocolate es tan apetitoso para nosotros como lo es para nuestros amigos de cuatro patas y no hay quien se resista a su estupendo sabor. La diferencia estriba en que la excesiva ingesta en el humano, si acaso se traduce en una acumulación de grasa, la multiplicación de la celulitis y unos cuántos kilos de más, mientras que en el simpático peludo, una sustancia llamada "Teobromina" y que está en la composición del chocolate, cualquiera que sea este, acaba por causarle al animal una "Toxicosis" que puede llegara tener consecuencias devastadoras, léase mortales.
El animal intoxicado puede tardar horas e incluso días en presentar los síntomas característicos del envenenamiento por teobromina, y lo que es peor es que la mayoría de las veces el propietario, por puro desconocimiento, no va a asociar el malestar del perro con esas barritas de chocolate que le dieron días antes... sin embargo, y esto es lo interesante, el cuadro sintomático de la toxicosis por teobromina es perfectamente típico. Más grave aún es el hecho de que no existe ningún antídoto específico...

Sintomatología específica de la toxicosis por teobromina

  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Incontinencia urinaria.
  • Incremento del ritmo cardio-respiratorio.
  • Hiperexcitación e hiperactividad.
  • Temblores musculares.
  • Espasmos.
  • Pérdida de conciencia (estado semi-comatoso o coma profundo)

Reglas de oro

Tristemente bastan tan poco como 100 mg. de teobromina por kilo de peso vivo, para causar al perro que ingiere chocolate, en cualquiera de sus formas, una intoxicación grave e incluso gravísima, que puede comprometer seriamente su vida.
Por ello se hace necesario, siempre que se sospeche que el animal ha podido ingerir dosis letales de chocolate, llevarle inmediatamente a la Clínica Veterinaria para someterlo a un tratamiento de choque, inmediato y adecuado, con el fin de tratar de hacerle eliminar la teobromina del organismo, lo antes posible.
Por todo ello conviene tener siempre muy presente una serie de reglas, que diríamos "de oro", que nos evitarán más de un susto:
  • No dejar nunca chocolate, en cualquiera de sus formas, al alcance del animal.
  • Hacer comprender a todos los miembros de la familia que "el chocolate es veneno para el perro".
  • Tener siempre presente que, si lo ingiere en gran cantidad, no va a bastar con inducir el vómito, sino que será necesario acudir inmediatamente a una clínica veterinaria para que reciba tratamiento especifico y urgente.
Dicho lo anterior, ha de quedarnos claro que el chocolate constituye un auténtico y dulce enemigo mortal para nuestros perros y ya se sabe que más vale prevenir... ¡que tener que lamentar!


Autor: Christina Lima Netto